Las ideas ofrecidas, para armar y desarmar, no presuponen una secuencia ni responden taxativamente a todos los contenidos del Eje “Los materiales y objetos, sus propiedades y sus cambios”, son ideas de propuestas disparadoras para dar luz a nuevos formatos y nuevos caminos.
En la cotidianeidad estamos vinculados y vinculadas con muchos fenómenos que involucran la acción de fuerzas, como por ejemplo: empujar, dejar caer objetos, estirar materiales y deformarlos incluso hasta su rotura.
Se trata de fenómenos físicos caracterizados por cambios en el material pero no en su naturaleza interna. Es decir, el material sigue siendo el mismo en términos de “tipo de material” aunque haya experimentado cambios. Por ejemplo, si deformo una bolita de plastilina hasta transformarla en un cilindro, esta experimenta cambios en su forma, pero sigue siendo plastilina.
En contraposición, se encuentra un fenómeno químico que provoca cambios en la naturaleza del material en el cual las sustancias finales son distintas a las iniciales. Por ejemplo, cuando se combustiona la nafta, el producto final de ese proceso es dióxido de carbono (o monóxido si la combustión es parcial) y agua, dos sustancias diferentes a la inicial.
Desde el punto de vista de la ciencia escolar, la construcción del concepto de fuerza es gradual y requiere la exploración de diversas situaciones problemáticas de carácter “experimental”, diseñadas desde el modelo por indagación.
Se podrá trabajar en el aula primero con fuerzas de contacto, en donde la relación causa-efecto es más intuitiva, ya que las y los estudiantes están familiarizados con el efecto que producen diversas fuerzas sobre los objetos a partir de la interacción humana.
